‘Tensión’ en CDMX por microsismos el punto de quiebre noticias

Crece la “tensión” en CDMX por microsismos

La Ciudad de México ha estado en un estado de alerta y tensión debido a una serie de microsismos que han sacudido la capital en los últimos días. Desde el 26 de septiembre de 2024, se han registrado múltiples movimientos telúricos, con magnitudes que varían entre 1.0 y 2.9, lo que ha generado preocupación entre los habitantes y las autoridades locales.

La actividad sísmica comenzó en la madrugada del 26 de septiembre, cuando el Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó un microsismo de magnitud 2.9 al sureste de la alcaldía Miguel Hidalgo. Este primer movimiento fue percibido por un amplio sector de la población, lo que llevó a muchos a compartir sus experiencias en redes sociales. La preocupación aumentó cuando, en las siguientes horas, se registraron otros ocho microsismos, todos con epicentros en la misma área.

A las 10:26 horas del mismo día, se reportó un nuevo microsismo de magnitud 2.4 en la alcaldía Benito Juárez. Este movimiento telúrico provocó que varias personas comenzaran a desalojar edificios en diferentes puntos de la ciudad, generando un ambiente de incertidumbre y ansiedad. Aunque las autoridades informaron que no había reportes de daños significativos ni heridos, la sensación de inquietud se hizo palpable entre los capitalinos.

La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) activó protocolos de emergencia y estableció comunicación con las Unidades de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de las alcaldías afectadas. En su cuenta oficial, la SGIRPC instó a la población a mantener la calma y seguir las recomendaciones para actuar durante un sismo.

Los microsismos son movimientos telúricos que generalmente tienen una magnitud baja y son difíciles de predecir. Sin embargo, su frecuencia ha aumentado en los últimos años en la Ciudad de México, lo que ha llevado a expertos a investigar las causas subyacentes. Según algunos estudios recientes, uno de los factores que podría estar detrás de esta actividad sísmica es la reactivación de la falla geológica Plateros-Mixcoac.

Investigaciones del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sugieren que la acumulación de tensión regional, el hundimiento del Valle de México y las recargas del acuífero podrían ser responsables de esta reactivación. La falla Plateros-Mixcoac atraviesa varias alcaldías y ha sido objeto de estudio debido a su potencial para generar temblores más intensos.

La percepción pública sobre los microsismos ha cambiado drásticamente desde el devastador terremoto del 19 de septiembre de 1985, que dejó miles de muertos y una profunda huella en la memoria colectiva del país. Desde entonces, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) ha sido implementado para detectar movimientos telúricos significativos y alertar a la población. Sin embargo, los microsismos suelen ser demasiado pequeños para activar esta alerta.

A medida que los microsismos continuaban ocurriendo, muchos ciudadanos comenzaron a expresar su preocupación por su seguridad y la integridad estructural de los edificios en la ciudad. Las redes sociales se inundaron con mensajes sobre cómo actuar durante un sismo y consejos sobre cómo preparar una mochila de emergencia con artículos esenciales como agua potable, alimentos no perecederos y documentos importantes.

La situación también ha suscitado un debate sobre la infraestructura urbana en una metrópoli tan densamente poblada como la Ciudad de México. A pesar de que muchas construcciones cumplen con normas sísmicas modernas, hay aún edificios antiguos que podrían no estar adecuadamente preparados para soportar movimientos telúricos más fuertes.

En este contexto, el gobierno local ha reiterado su compromiso con la seguridad pública y ha anunciado planes para realizar revisiones estructurales en edificios antiguos y vulnerables. La SGIRPC también ha comenzado a implementar talleres educativos sobre prevención sísmica para preparar mejor a los ciudadanos ante cualquier eventualidad.

La tensión en la ciudad se incrementó aún más cuando se registraron nuevos microsismos durante el día siguiente, el 27 de septiembre. Aunque estos movimientos fueron menores en comparación con los anteriores, su frecuencia continuó generando inquietud entre los habitantes. La comunidad científica sigue monitoreando la actividad sísmica para ofrecer información actualizada sobre cualquier cambio significativo.

Los expertos advierten que es fundamental mantener una actitud proactiva ante este tipo de fenómenos naturales. La educación sobre cómo reaccionar ante un sismo puede marcar una gran diferencia en términos de seguridad personal y colectiva. Las autoridades han enfatizado que cada ciudadano debe estar preparado para actuar rápidamente si se presenta una situación crítica.

Además, es importante recordar que aunque los microsismos son generalmente menos destructivos que los terremotos más grandes, no deben ser subestimados. La historia ha demostrado que incluso pequeños movimientos telúricos pueden ser precursores de eventos más significativos.

En conclusión, la serie reciente de microsismos en la Ciudad de México ha generado una atmósfera tensa entre sus habitantes. A medida que las autoridades continúan monitoreando la situación y brindando información relevante, es esencial que los ciudadanos permanezcan informados y preparados. La colaboración entre el gobierno local, las instituciones científicas y la comunidad es crucial para enfrentar cualquier desafío relacionado con la actividad sísmica en el futuro.

La experiencia vivida por los capitalinos durante estos días resalta no solo la importancia del conocimiento sobre desastres naturales sino también la necesidad imperante de contar con infraestructuras adecuadas y protocolos claros para garantizar la seguridad pública. La resiliencia comunitaria será fundamental para enfrentar cualquier eventualidad relacionada con sismos en esta región propensa a movimientos telúricos.